~~· En el Corazón de la Mar ·~~

**Mia** Lun Sep 21, 2009 8:47 pm

Prólogo

Toda tu vida puede cambiar en sentido a las agujas del reloj. No sabes lo que el futuro te depara y aún así intentas adivinar lo que puede pasar. La vida de cada uno puede cambiar, pero cuando cambian en sentido a la dirección contrario de las agujas del reloj, no la intentes cambiar hacía su verdadero sentido.

**Mia** Lun Sep 21, 2009 8:48 pm

Comienzo

Toda una vida intentando realizar un sueño, que ni siquiera a aparecido. Solo soy una joven en busca de dos cosas:
1º Encontrar a alguien que me quiera.
2º Llegar a cumplir mi sueño.
Mi nombre es Iris, Iris Steven, tengo dieciséis años, soy la chica perfecta, medidas perfectas 90-60-90, una talla de sujetador 110, metro sesenta y ocho. Ojos azules grisáceos y un pelo castaño perfecto. Cara afeminada y piernas largas. Tengo el cuerpo que cualquier chica hubiese deseado tener, la mala suerte es que me ha tocado a mí.
Vivo con mi padre, Jason, cincuenta y seis años y metro ochenta y cinco. No sé quien es mi madre, ya que desapareció cuando yo solo contaba con dos meses de nacida.
Ahora tenemos a los amigos de mi padre:
Terrell y Peter; gemelos de cuarenta años. Nunca se han llegado a casar, pues son alérgicos al compromiso, y más aún al matrimonio. Pero a las mujeres no son tan alérgicos.
Luego tenemos a Max y a Alan; padre e hijo. Max es un hombre de 48 años, apenas quiere a su hijo. Su mujer, antes de morir, lo dejó por borracho y por putero.
Alan; me enamoré de él cuando lo conocí cuando me fui a estudiar donde él vivía. Cuerpo musculoso, ojos verdes esmeralda, y cabello caoba corto. Tiene veintitrés años y, es multimillonario.

**Mia** Lun Sep 21, 2009 8:53 pm

Capítulo 1

Marcaba los pasos al compás del ritmo de la música que escuchaba desde el Ipod que me regaló Alan cuando cumplí dieciséis años. Mi mayor sueño era ese, bailar.
El volumen era bajo, y podía escuchar a mi padre corriendo los sofás, moviendo las mesas y poniendo las bebidas en la encimera de la cocina.
Las canciones se acabaron y yo decidí apagar el Ipod, pronto llegaría todos los demás y a divertirse se ha dicho. Me puse la ropa y bajé hasta donde estaba mi padre.
-Ya me voy –le comuniqué, él me miro extrañado, pero al momento comprendió mi frase y asintió con la cabeza.
Cogí mi bolso rojo con franjas blancas y abrí la puerta. Detrás de ella se encontraban Terrell, Peter, Max, y mi amado Alan. Intenté salir de aquella casa sin rozar con ninguno, cuando por fin lo conseguí, Peter, me tocó el culo.
Yo respondí con una bofetada en toda la cara, cuando se quitó la mano de la cara se notaba que tenía ese trozo rojo. Mientras yo salía, Peter, me lanzó un beso y me silbó.
-Mirar como se va la gatita, algún día caerás. Algún día –susurró. Yo me quedé parada en un mismo sitio memorizando cada una de las palabras. << Algún día caerás; Algún día >>
Salí disparada de mi calle y fui a ver el revuelo que estaba formado en la plaza de Eric. La policía estaba hablando con Eric y con Wolfe y con sus demás escuadrones. Yo me acerqué sigilosamente a escuchar lo que decían.
-… han intentado robar esto, y encima no tienen ningún testigo que les diga que no es cierto… -un hombre de entre unos 40-45 años, con la plaqueta de policía les estaba hablando.
Me reí entre dientes y decidí intervenir.
-Señor policía, yo estaba con ellos, me he ido en un momento y he vuelto y me he encontrado con esto -me miró mal y yo seguí hablando- de verdad, es cierto, yo estaba con ellos.
El policía me creyó y se fue con sus compañeros en los coches policiales. Eric se acercó a mí.
-No sé lo que haríamos sin ti Iris, siempre eres nuestra salvadora -intentó besarme en los labios pero yo en un acto reflejo me aparté, él me miró suspicaz.
-Sabes lo que siento por ti, Eric, y sabes que solo es amistad, debo irme, ya hablaremos -me despedí de todos con la mano y me fui corriendo hacía mi lugar preferido.

**Mia** Lun Sep 21, 2009 9:50 pm

Capítulo 2

A afueras del pueblo, caminando por una senda, y metiendote entre los arbustos te encuentras a un árbol de cientociencuenta años del que apenas nadie sabe su existencia. Solo yo, y la pandilla de Eric. Anteriormente, una persona, la persona que me enseño todo sobre este mundo, como sumar y restar, multiplicar y dividir me enseño este sitio para cuando quisiese estar cerca de alguien. Esa persona, es mi abuela, mi abuela Laura.
Hace unos años desapareció y nunca más he vuelto a saber de ella. Aún recuerdo el olor del romero recién plantado, las hojas de aquel árbol nunca habían sido descubiertas, y su tronco estaba intacto de escrituras o de quemaduras de otras personas, todo aquel árbol era perfecto, y el sitio donde estaba situado también lo era. Mi abuela solía mirarme con ojos dulces y me acariciaba el pelo cuando nos sentabamos sobre sus ramas, yo siempre recogía mis piernas, las rodeaba con los brazos y ponía mi mentón sobre las rodillas. Siempre me gustaba llevar un ramo de flores a aquel árbol, aquel gesto siempre me significaba que sabía que encontraría a mi madre en algún lugar del planeta, aunque debiese buscarla incluso debajo de las piedras.
" Abuela " Sollozé, la recordaba, la echaba de menos, siempre recordaría cuando me presentó a Alan cuando me fui a estudiar donde él vivía, aquel día fue perfecto, conocí a una persona increíble y enseguida me enamoré de él. Me daba el cariño, el único problema es que él es más mayor que yo.
" En el amor la edad da igual " me recordé. Miré el reloj de pulsera que llevaba en la mano y me di cuenta de la hora.
" Once menos cuarto de la noche, debo volver a casa " Me levanté de las ramas de aquel árbol y me dirigí, de nuevo por el mismo sendero, hacía el pueblo.

**Mia** Lun Sep 21, 2009 10:09 pm

Capítulo 3

Al ir andando por el pueblo todos me miraban preocupados, yo no sabía que estaba pasando, pero aún así me dirigí hacía mi casa. Antes de driblar la última esquina, la única vecina amiga que tengo salió a saludarme. Y también como los demás vecinos del pueblo me miró preocupada.
-Hola Iris -dijo susurrando, yo le miré etrañada y ella sacudió la cabeza en señal de que no me preocupase.
-Hola Anaís -conteste yo, ella me sonrió y yo fui amable y le devolví la sonrisa.
-¿Ibas ya para tu casa, Iris? -yo asentí con la cabeza y ella me despidió rápido diciendome que había quedado con su novio. Yo seguí paseando hasta llegar a mi casa. Todavía extrañada, por todas las miradas preocupantes hacía mí. Cuando llegué, Alan estaba fuera con un hombre al que no conocía de nada, y las luces de mi casa encendidas.
-¡Iris! -eclamó, intentó ir hacía mí, pero aquel hombre se lo prohibió. El mismo hombre me hizo señas para que me acercara a él, pero Alan me decía que no. El hombre le dio un codazo en el costado y yo di los pocos pasos que me quedaban hasta llegar a ellos.
-Veo que tu padre no nos mintió, eres una auténtica belleza, ¿porque no entras y le saludas? -me hizo gestos con las manos para entrar, Alan se revolvió un poco.
-No entres Iris, por favor te lo pido, no entres -yo quería hacer caso de las suplicas que me lanzaba Alan, pero me era imposible, aquel hombre estaba cada momento más encima mío.
-Adelante -aquel hombre me ordenó a entrar y yo cogí las llaves de mi bolso. Alan intentaba pararme, pero el hombre no se lo permitía. Abrí la puerta y la imagen que se cruzó opr mis ojos fue horrible.

**Mia** Mar Sep 22, 2009 6:24 am

Capítulo 3

" Papá " susurré, miré hacía todos los lados intentando buscar una respuesta. Y la respuesta fue encontrada. Sangre, sangre y más sangre.
-Iris, no sigas mirando, por favor -miré a Alan con los ojos enjuagados en lágrimas, él me miraba suplicante. El hombre que tenía sujeto a Alan lo soltó, Alan se acercó a mi corriendo y me abrazó.
-Suéltala -dijo aquel hombre, Alan sacudió la cabeza. Aquel hombre le puso una pistola en la cabeza y Alan se separó de mí-. Bien pequeña, mi nombre es Igor Malavok, soy ruso, pero llevo años por estos territorios y el acento ha desaparecido. Como bien puedes ver, tu padre y sus amigos nos debían bastante pasta, y debíamos hacer algo. Ray, coje al chico y llevatelo, nosotros mientras... charlaremos con la chica -me empujó y me adentré al salón. Las paredes estaban pintadas de sangre, todos estaban muertos, todos salvo Alan, por suerte. 'Igor' me dio un fuerte empujón y yo cai rendonda al suelo del piso. Mi golpe fue agrado de los demás hombres que estaban allí y se rieron con ganas.
-Eres una monada, princesita, y te podemos dejar en paz si nos das ahora mismo cinco millones de euros, si no, atente a las consecuencias -dijo Igor, yo negué con la cabeza, ellos enseguida entendieron mi gesto. No tenía el dinero, no era más que una vulgar muchacha, nada de riquezas ni de gustos caros. Solo cosas de dinero limitado.
-Lo siento muchísimo, princesa, tu misma lo has dicho, no nos dejas otra opción -cogió una estatua de bronce que me dieron por un concurso y me golpeó la cabeza. Ya no sé que paso después, solo se que sentí dolor. Mucho dolor.

**Mia** Mar Sep 22, 2009 6:43 am

Capítulo 4

... Narrador Alan ...

Iris se quedó dentro y yo salí con aquel hombre llamado Ray a la calle. Se le notaba en la cara que no quería hacer eso, pero no le quedaba otra opción.
-¿Por qué lo haces? -pregunté, él me miró sin palabras.
-Soy el hijo de Igor Malavok, si pasa algo que no debería haber pasado, me matará, no tendrá escrúpulos. Al igual que no los va a tener con la chica -se trabó en la última palabra, mi cara se blanqueció rápidamente.
-Que le van a hacer -no era una pregunta, solo buscaba la respuesta, él me miró negandolo todo.
-La verdad es que no lo sé muy bien, le van a pedir cinco millones de euros, si no se lo da, podrá pasar de todo. Desde violarla, hasta... matarla -susurró, yo me encaré con él. Le cojí de las solapas de la camisa y le hice que me mirara fijamente a los ojos.
-Entra dentro y diles que yo les daré el dinero, que dejen en paz a la chica -mi voz sonaba clara, grave y a la vez furiosa, él me miró asustado y me agarró de las manos y yo le solté.
-No puedo hacer eso, solo te hago una pregunta, ¿qué sientes por la chica? -yo me senté y bajé la cabeza y coloqué un brazo sobre la rodilla, apoyé el codo y con la palma de mi mano me sujeté la cabeza. Suspiré profundamente.
-La... la... la amo -titubeé, y me di cuenta de la realidad de mis palabras, la amaba más que nada en este planeta, y no podía negarlo-, cuando la conocí pensé que sería como las típicas chicas, solo pasta, dinero, sin personalidad y buscando sexo por todas partes; Cuando la fui conociendo mejor me di cuenta de que no era así, era todo lo contrario, no quiero que le hagan daño, si ella sufre yo sufro, soy egoísta, la quiero para mí y para nadie, solo mía, pero se me hincha el pecho cuando oigo su risa, me vuelve loco cuando se remueve el pelo, no puedo amarla más en toda mi vida -levanté la cabeza y vi a Ray entregandome un móvil, me quedé sorprendido, y él me señaló que lo cogiese.
-Llama a la policía, llegará de repente y la gente del pueblo sabe que han pegado tiros, pensaran que ha sido algún viejo o alguna vieja que ha llamado asustado o en el caso de la mujer, asustada. Después, lanza el móvil lejos, o borramé todo de las llamadas, mi padre no podrá matarme por eso. Cuando termines te ataré y parecerá que nunca has llamado a la policía, hazlo por ti, o mejor, por ella -cuando escuché sus palabras cojí rápidamente el móvil, llamé a la policía, borré todo lo de las llamadas y Ray me ató para parecer que he estado todo el rato atado. Ahora solo tocaba esperar.

**Mia** Jue Nov 12, 2009 9:57 pm

Capítulo 5

La policía no tardó en llegar a la casa de Iris, abrieron la puerta y se volvieron a cometer asesinatos dentro de aquella casa. Igor y dos escuadrones más murieron en el tiroteo de los policías, Ray había sido llevado con ellos, los que quedaban también fueron llevados a la cárcel, pero yo no podía pensar en ellos, solo podía pensar en una persona, en Iris.
Entré corriendo en la casa, iba saltando a trompicones, deseaba saber que le habían echo. Llegué al salón, ella estaba amordazada a la silla, y le salía sangre de una brecha que le habían echo en la frente, mantenía toda la ropa puesta, en eso estaba feliz, no había sufrido, pero tenía muchas heridas por todo el cuerpo. La cojí y me fui hacía mi coche que estaba a las afueras del pueblo y me la llevé a mi casa, donde vivía una persona muy especial para ella.

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